miércoles, 9 de octubre de 2013

Noches de agosto.

Cada noche al acostarme recuerdo esa noche contigo en tu cama. Esa noche calurosa de agosto en la que acabé abrazado a ti, daba igual el calor que hiciera, no lo notaba estando a  tu lado. Mi brazo se empezó a quedar dormido, intentaba mover los dedos para que así intentar que se despertara, pero no, tuve que cambiar la postura aunque no quería. Tú ya estabas dormido, así que muy lentamente, solté tu mano y, sin intentar moverte mucho, me di la vuelta no sin antes darte un beso en el hombro. Creía que estabas dormido, pero no, al instante de yo cambiarme tú te moviste también, rodeándome con tu brazo. Sentía tu respiración en mi cuello. Cogí tu mano y en ese momento caí dormido. Fue la mejor noche que he tenido hasta estos días, la recreo cada vez que necesito sentirme mejor.


No duele recordar, solo duele no tenerte. 


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