domingo, 5 de enero de 2014

Final de una etapa.

     Estoy en un momento en el que me dejo llevar por el oleaje. Pero estas no son olas tranquilas, sino es un mar alterado, las olas chocan contra mi arrastrándome. Me dejo llevar por golpes a una deriva lejana de lo que realmente quería. Sin fuerza sigo respirando, sabiendo que no puedo quedarme quieto, pero no puedo tomar decisiones.
     Da igual todo, he tomado decisiones, sé que acertadas. Y no quiero volver donde antes. Pero creo que todo me está sobrepasando. Llegué al momento de no retorno y a dos pasos de un bar mugriento de mala muerte. Debería de dar gracias, y las doy, a todo lo que tengo y he conseguido pero ya esto se me ha ido de las manos.
     No puedo mostrar ya una cara feliz para todo el mundo porque no la tengo. Tengo la cara que tengo, de cansado, muerto por dentro. Sin ilusión a nada y sin aprovechar las oportunidades que me brindan. Desechando todo aquello que sería bueno para mi. Lo peor de todo que me da igual.

     Se acabó. Algún día me reiré de esto pero ahora sólo me apetece esa fría oscuridad en la que nadie quiere entrar, en la que yo estoy cómodo sin ver a nadie. Sé que esto no le gustará a mucha gente, pero es lo que yo necesito en estos momentos. Desaparecer, de nuevo pero esta vez espero no volver donde estaba.

jueves, 10 de octubre de 2013

Desvariaciones #01

Seguía andando. Todavía no había parado desde el momento que supe que me perdí. Los árboles ya casi ocultaban el sol, debía de estar atardeciendo. ¾  ¡Bravo! Que deducción, valgo para detective. No sé por qué no me di la vuelta cuando me perdí del grupo. Debe de ser porque nadie me caía bien, eran todos críos de papá y algún listillo repelente de los que saben de todo, como la ecuación de la fisión del deuterio más el sumatorio de la energía. Sí, me lo he inventado, pero seguro que ellos sabrían contestarlo, o inventárselo, sin parpadear después de vomitar dicha “ecuación”.

Me paré y decidí volver por mis pasos. Ya no había casi luz, saqué el móvil y puse la linterna. ¾ Estoy casi sin batería ¡Mierda! No tendría que haber estado escuchando música pero no aguantaba a esas cabezas de chorlito hablando. Puse la luz lo más tenue posible y, apuntando al suelo, seguí caminando. Me sonaba alguna rama y piedra que iba encontrando por el mero hecho que me había tropezado con ella anteriormente. Sabía que iba en buena dirección.

Lo mejor de estar en el campo es que si tienes ganas de ir al baño no necesitas buscar mucho. Me adentré a un pequeño matorral ya que necesitaba mear urgentemente. También llamadas «necesidades fisiológicas».


Emprendí de nuevo la vuelta y mi móvil estaba a punto de morir. Cuando estaba a punto de caer ya en la desesperación por no encontrar el camino de vuelta escuché unos gritos al fondo. Era mi grupo, ¡mis chorlitos! Corrí en dirección de donde venían esos gritos y después de esa pequeña carrera encontré a los críos de papá y a los listillos, no creí que nunca me alegraría de volver a verlos. ¾ Pero me seguían cayendo mal, que quede claro.

miércoles, 9 de octubre de 2013

Noches de agosto.

Cada noche al acostarme recuerdo esa noche contigo en tu cama. Esa noche calurosa de agosto en la que acabé abrazado a ti, daba igual el calor que hiciera, no lo notaba estando a  tu lado. Mi brazo se empezó a quedar dormido, intentaba mover los dedos para que así intentar que se despertara, pero no, tuve que cambiar la postura aunque no quería. Tú ya estabas dormido, así que muy lentamente, solté tu mano y, sin intentar moverte mucho, me di la vuelta no sin antes darte un beso en el hombro. Creía que estabas dormido, pero no, al instante de yo cambiarme tú te moviste también, rodeándome con tu brazo. Sentía tu respiración en mi cuello. Cogí tu mano y en ese momento caí dormido. Fue la mejor noche que he tenido hasta estos días, la recreo cada vez que necesito sentirme mejor.


No duele recordar, solo duele no tenerte. 


lunes, 24 de junio de 2013

Amor de verano

     Te leí como un día cualquiera, después de muchos fracasos. Creí que llegarías a ser otra persona que mandaría al limbo después de dos semanas ya que tú me dejarías de hablar. Ha pasado más tiempo de lo esperado y, según tú, amigos somos. No tengo derecho a pedirte ninguna explicación pero si tengo derecho de sentirme desanimado cuando no sé nada de ti, pensando en que simplemente es un juego de amigos.

     Tú estás viendo el horizonte que te rodea y yo te estoy acompañando, gratamente lo hago pero entenderás que necesito pensar en los días siguientes. Somos amigos llanamente, sin ningún compromiso pero aun así sentimos celos en cuando hablamos de otros.

     Aventura de verano, así es como lo defino contra más días pasan. Error que tuve que no lo supe desde un principio. Querer más de ti es un problema porque me da que creer que no habrá mucho más. Pocos días faltan, aunque por muchas buenas noticias que compartas conmigo, la cuenta atrás de esto está llegando a su fin, lo sé.

     Da igual lo que hagas, yo sé lo que pasará aunque te quedes, no quiero admitirlo porque será una razón por la que volver a entrar en mí. Ahora es cuando realmente disfruto de los días aunque lo demás vaya mal, eres tu quien me da mi alegría, la misma que se esfumará cuando digamos un simple adiós.

     No sé si lágrimas me siguen quedando, me vuelvo cada vez más racional porque no quiero revivir recuerdos ni crear unos nuevos. El amor verdadero es el que se da a uno mismo, el puro egoísmo.

     Huir, huir lejos sin una dirección, quien quiera venir bienvenido sea pero esto es lo que realmente quiero y deberéis aceptar.

miércoles, 24 de abril de 2013

Quizá sea tarde


     No podrás comprender nunca que es lo que se le pasaba por su cabeza. No has vivido como él y ni si quiera sabías sí lo que te decía en cada momento era su verdad o la estaba decorando para que fuese tú verdad y no la suya. Su vida no fue difícil ni tampoco fácil, los demás son los que la hicieron de ella un reto diario, sin casi premios al final de cada victoria que alcanzaba.

     Y ahora es cuando de verdad intentáis saber que ha pasado. Pues que él decidió seguir lo que creía que podía ser mejor. Siguió su idea para vivir, que tampoco supo si hizo bien o mal. Ahora ya no puede saberlo ni volver atrás, no porque él no quiera, sino porque nos dejó.

     Ahora lloráis, os dais cuenta de lo que podríais haber hecho y ni si quiera hicisteis. Sentís una culpabilidad que se transformará en frustración, pero pasado varios días, volveréis a vuestra vida, olvidando ligeramente su perdida, y al final no recordaréis.

     Él no supo sí quizá lo hizo bien o mal, lo único que aprendió es que debía de hacer lo que creía correcto en cada momento, cosa que las personas que le estuvieron llorando no hicieron nunca y aun así se creen que su vida es difícil. Decidir que preferís en la vida y cuando lleguéis al cambio sabréis que es que todo vaya contra ti, nadie te apoye y sentirte como si estuvieras en el agujero más grande que jamáis hayáis visto, luchad ahora y tendréis la oportunidad de poder salir de ese agujero y sentir la satisfacción de haber luchado por lo que queríais, como hizo él. De lo que si se podría arrepentir es de no haberlo hecho antes.

     No ser apoyado en cada decisión que tomes es normal, lo raro sería ser apoyado en todo lo que hicieras. 

sábado, 13 de abril de 2013

No hay desenlaces


     Todo empieza cuando dos personas se conocen. Cuando te presenta una persona en común siempre le puedes echar la culpa a quien os presentó, ya que tú no estarías en esta situación sí no fuera por la idea de presentaros. Total, os acabáis de conocer, y realmente, no ha pasado nada. Lo ves como otra persona más, alguien nuevo que has conocido y punto.

     Ahora empieza el juego, debes de ser el jurado. Te preguntan que qué te parece la persona, y claramente dices la verdad y haces algún tipo de broma, para quitar tierra. Lo apruebas, en todos los sentidos.
Con el tiempo, solo oyes hablar de esa persona además de que soléis juntaros con el grupo para que los demás conozcan a la presa. Vuelve a pasar lo mismo, a todo el mundo le gusta como es.
Pasa el tiempo y los esquemas se rompen, ya no es un pájaro en su jaula, este se echó a volar. Ya quien te lo presentó decide que no es su media naranja, por “h” o por “b”, pero seguís hablando, ya que realmente es un diamante en bruto.

     Uy! Algo ha cambiado… El qué? Pero, por qué? Si yo realmente no hice nada. De repente hablas muchísimo con esa persona, la que habías juzgado para alguien, pero ahora piensas que por qué no, si era bueno para los demás, por qué para ti no.
Hablas, ríes, contáis tonterías y resulta que además se ha ganado a todos tus amigos, a todos. Ahora es uno más.

     Comienza los juegos del hambre, la caza. Intentas saber que quiere, gustos, hablas de todos los temas pero no sacas nada, NADA. Es imposible, es como la caja fuerte de las películas, es casi imposible de abrir y son de las que se abren al final de la película, pues bien, vas por el nudo de la trama. Te vuelves totalmente bipolar, no sabes que hacer y sí te gusta o no.

     Contra más te metes al desarrollo de la historia más confuso te vuelves. Acabas pensando que naranjas de la china para ti y llega un día y te sorprende, te da una galleta, metafóricamente claro. Hace algo que te ilusiona, pero pasado el tiempo vuelves otra vez a la negativa, que no. Vuelve a pasar el tiempo y toma, otra galleta! Y así sucesivamente.

     Y el desenlace de la dramática historia es que te acabas dando al alcohol o a otro tipo de drogas duras.

     No hay finales felices para los pobres, aceptadlo.

viernes, 8 de marzo de 2013

Tu mundo


     Cierras los ojos y sólo piensas en lo poco que has hecho hasta ahora. No has cambiado, o eso crees, te ves igual que varios años atrás pero con más peso en tu espalda por tus fracasos.

     Y a pesar de todo eso te sigues martirizando cada día porque no te gusta lo que ves. Cámbialo, y quiérete un poco más porque si no nadie lo va a hacer por ti.

     Intentas imaginar con todas tus fuerzas que aquella persona que te guste vaya por ti. Pero no, te volviste a fijar en el que no debías, otra vez. No aprendes.

     Acabas pensando que eres tú el único que tiene el problema, y cuando llegas a ese punto, te es casi imposible conseguir salir del agujero de mierda al que tú solo te has metido.

     Mueve ese puto culo que tienes y empieza a valorarte más y a conseguir todas las mierdas que te propones o sino aprende a chuparla de manera gloriosa.